sábado, 14 de enero de 2012

PRIMACÍA DE LA REALIDAD

LA PRIMACÍA DE LA REALIDAD.

13 de Enero (El Peruano).- Así se dispone en la Resolución Directoral N° 096-2011-MTPE/2/16, que además cuenta con la enumeración de algunos supuestos que, de verificar su existencia supondría que estamos ante una típica relación laboral encubierta, aun cuando en los documentos aparece como una locación de servicios. Supuestos que habrían sido recogidos de las experiencias de los inspectores.

La norma especifica, además, el ámbito de aplicación del principio y establece las consecuencias principales en los casos en los que se determine, bajo su aplicación, la existencia de simulación o fraude.

Importa mencionar que la utilización del referido principio implica que si se observa contradicciones entre los hechos y los documentos, se le asignará mayor credibilidad a los hechos.

A continuación detallaremos algunos de estos criterios metodológicos, con la finalidad de que si los identifican dentro de sus empresas consideren dicha situación como una posible contingencia.

Las pautas

Así, estos están referidos directamente con la labor de personas que no vienen siendo consideradas como trabajadores por el empleador: el servicio es prestado dentro de una jornada; el pago (retribución) se realiza mes a mes o de otra forma regular; la misma función la realiza un trabajador que sí está en planilla; se regula el servicio o se sanciona su incumplimiento; se le incluye dentro del organigrama de la empresa.

Igualmente, si utiliza herramientas, equipos de protección y recursos de la empresa; usa uniforme, tarjetas de identificación o correo electrónico de la empresa; prestó anteriormente el mismo servicio como trabajador en planilla. En el contrato se indica un lugar de prestación del servicio distinto al de la realidad; el servicio en el contrato lo presta una empresa, pero en realidad lo hace personalmente el representante de esta última.

Todos los supuestos anteriores deben ser constatados y apreciados en su relación con otros elementos que también se evidencien. En ese sentido, el hecho de que pudiera aparecer de manera aislada alguno de ellos, no debe ser determinante para concluir necesariamente que existe una relación laboral.

Actas de infracción

Es importante tener en cuenta que la labor inspectiva y su procedimiento deberán respetar el derecho al debido proceso de las empresas. Por tanto, la constatación o comprobación de hechos se debe realizar de manera tal que no quede duda del incumplimiento laboral que amerite sanción administrativa.

Solo un acta de infracción que forme parte de un procedimiento que respete el debido proceso de las empresas podrá tener efectos legales. De no ser así, existen procedimientos establecidos expresamente a los cuales se puede recurrir, para cuestionar la decisión de la autoridad administrativa de trabajo.

Superintendencia de Inspecciones

Sin perjuicio de todo lo anotado, considerando que la recurrencia de las inspecciones seguirá aumentando con la creación de una Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral, lo urgente para las empresas.

FUENTE: http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-la-primacia-de-realidad-35268.aspx


UN MODELO UNIVERSITARIO PARA EL SIGLO XXI.

Juan Manuel Badenas Carpió - Rector de la Universidad Internacional Valenciana

13 de Enero (Diario del Derecho – España). Imaginemos un modelo en el que los mejores catedráticos y profesores de las universidades españolas, junto de los mejores profesores de todo el mundo en cada una de sus disciplinas, pudieran dar clase en una universidad global con estudiantes de más de 100 países cuyos contenidos fueran explicados en la lengua propia de cada uno. Muchos pensarán que esto es ciencia ficción, pero esta universidad ya existe y la tenemos en España.

En los últimos 20 años he tenido oportunidad de visitar un número importante de universidades punteras en Europa, y en muchas de ellas las instalaciones están deterioradas. Sin embargo, las universidades españolas pueden presumir de unos campus modernísimos, bien construidos y generosos en sus espacios para facultades, aularios e incluso instalaciones deportivas. A nadie se le escapa que el mantenimiento de este inmenso patrimonio es costosísimo y difícilmente sostenible en tiempos de crisis. Según datos oficiales, cada universidad pública española emplea unos 34 millones de euros al año en estos gastos.

Por otra parte, las universidades públicas españolas se han venido dotando de unas plantillas de profesores y catedráticos cuya media de edad es de 48 años. El 47,5% de los catedráticos se incorporó hace más de 30 años y lo hizo de acuerdo con las necesidades docentes e investigadoras que tenían las universidades a principios de los 80, cuando nadie podía prever que pudiera llegar a existir un Espacio Europeo de Educación Superior que viniera a sustituir las antiguas diplomaturas, licenciaturas y doctorados por los nuevos grados, DEAs y posgrados. En nuestro país somos más de 98.600 profesores universitarios cuyos salarios suponen para las arcas públicas un coste superior a los 3.000 millones de euros al año. Si tenemos en cuenta los costes de conservación de los edificios, de las plantillas de profesores, del personal de administración y servicios, los gastos financieros, de dietas, de investigación... concluiremos que en España tenemos un sistema universitario que, en las actuales circunstancias, es difícilmente sostenible.

La solución, evidentemente, no consiste en prescindir de un capital humano y de conocimiento que ha supuesto una gran inversión en recursos públicos y que además goza de gran prestigio no sólo en España sino también allende nuestras fronteras, especialmente en Iberoamérica. Por consiguiente, hemos de establecer plataformas que con el mínimo coste permitan que todo el caudal de sabiduría y buen hacer de nuestros mejores docentes se pueda comercializar de forma privada en el resto del mundo. De esta manera obtendremos un retomo público que servirá para mantener y compensar los elevados costes de sostenibilidad de la totalidad del sistema. Esta opción tiene un valor añadido: la exportación y transferencia del conocimiento generado en nuestras universidades servirán para un mejor posicionamiento de España en el mundo y, por tanto, para salir de la crisis.

Así pues, no hemos de renunciar a nada sino aprovecharlo todo. Tenemos que empezar a utilizar las plataformas tecnológicas que permiten que en tiempo real profesores y estudiantes de cualquier parte del mundo interactúen, haciendo que la distancia y el tiempo no sean obstáculos para que la enseñanza se produzca con calidad, de forma eficiente y a un coste muy razonable; y, si es posible, dejando que el sector privado participe en los costes (y beneficios) que genere la utilización de los nuevos canales de información (como la videoconferencia, la televisión digital, los documentos e-learning...).

Si la universidad, como institución que nació en Bolonia en 1088, ha conseguido pervivir durante casi 1.000 años es porque ha sido capaz de transformarse para manteniendo su esencia. Si para hacerla ahora más sostenible hace falta introducir unos pocos cambios o complementos, no dudemos en hacerlos.

Como señalé al principio, hoy en España ya contamos con un modelo de universidad capaz de dotar de mayor flexibilidad e internacionalización al conjunto del sistema sin que éste tenga que renunciar a su forma de pensar ni de hacer las cosas. Que permite a las universidades públicas seguir impartiendo sus grados, másteres y doctorados como hasta ahora, pero llegando más lejos, incrementando sus ingresos y la retribución de los profesores que voluntariamente decidan trascender sus clases en tiempo real, con traducción simultánea hasta 30 idiomas, a estudiantes que las reciben en su propia lengua y en su casa, con independencia de su horario laboral y su ubicación en el mundo. Este es el modelo de la VIU, la cual firmó hace algunas semanas un convenio con las cinco universidades públicas de la Comunidad Valenciana con el fin de poner a disposición del sistema público de universidades la potente plataforma tecnológica que ya está utilizando. La finalidad es hacer más sostenible el sistema y dotar de más flexibilidad e internacionalidad a nuestras universidades.